Cuando uno se dedica a observar el comportamiento en los programas tradicionales de panel, en aquellos en que otros tiempos eran los espacios donde se generaba la opinión pública y lo que se hablaba o divulgaba en los mismos, se convertía en los temas que circulaban de boca en boca por la mayoría de los dominicanos, y hoy en día las cosas no son así, pero inentendiblemente, estos comunicadores siguen realizando las acciones de la misma manera en que lo hacían en esos tiempos.
Estos comunicadores tradicionales siempre se refugiaron en una falsa percepción de que sus programas tenían un gran alcance, y esto se debía a algo que ya anteriormente he expuesto, y es que no existe un mecanismo real de medición para la radio ni la televisión, por lo que se hace muy impreciso y con muy poca credibilidad, sobre todo para personas como en mi caso, que he venido trabajando en digital, donde si se puede tener una idea precisa de la cantidad de personas que pueden llegar a alcanzarse con cualquier acción y de muy fácil comprobación y con muy alta credibilidad.
El estancamiento de los comunicadores tradicionales en la era actual
Si hacemos un análisis simple, verificando en las distintas plataformas digitales y en los medios tradicionales, sobre todo enfocados en esos programas de panel, donde anteriormente se tomaba lo que se divulgaba en los mismos, pues no existían otras formas de enterarse y se tenía obligatoriamente que tomar estas informaciones, tal y como eran propagadas, pero en la actualidad sucede lo contrario, pues las personas tienen acceso a internet y las nuevas plataformas dominan la conversación, mientras vemos a los comunicadores tradicionales, estancados en su accionar, creyendo que su presencia tiene el mismo peso de antes y realizando acciones que no van acorde a la forma de consumir los contenidos por parte de los usuarios.
Viendo estos programas y siguiendo sus comportamientos, vemos que continúan con la misma rutina y mismos ejercicios de siempre, y el resultado es que no generan atención y algunos al darse cuenta de su poca atención, recurren de manera maliciosa a querer desacreditar reputaciones de aquellos que si han entendido como es el funcionamiento, a la vez que conocen a la audiencia a la cual están llegando y como le están llegando, como reaccionan estas y donde son fuertes y donde no, pero mientras los comunicadores tradicionales, acomodados a las formas de obtención de promociones, por nombres que pudieran o no estar bien ganados, eso es algo cuestionable en muchos de los casos, no pueden descifrar las codificaciones actuales, ya sea por desconocimiento o porque simplemente se niegan a cambiar, entendiendo que pueden continuar gravitando y ser relevantes en este país y en lo que es la opinión pública como tal.
Lo cierto es que aquellos que han adoptado de manera correcta las nuevas plataformas, están logrando un éxito considerable y posiblemente lo sigan teniendo y han venido desplazando a esos comunicadores tradicionales, que aunque han estado entrando en los nuevos terrenos, lo han estado realizando de manera errática, sin ningún criterio, creyendo que su trayectoria ganada o no en buena lid o real o no, lo podrán colocar por encima y los escuchas tal y como indicamos anteriormente, tratando de desacreditar tanto a las personas que llevan los mensajes como los espacios y el tipo de contenido que divulgan.
Pero lo que debería estar ocurriendo con esos comunicadores es entender que la comunicación cambió, que ya nadie tiene el poder absoluto, que el acceso a internet le otorga a cualquiera el poder para difundir información y enterarse o conocer por diferentes medios versiones diversas y quedarse con la que mejor entienda, y ante esto lo que queda es conocer el entorno y poder anticipar el comportamiento de los usuarios y tendencias, y con esto realizar las acciones pertinentes, para dominar el alcance y propagación de las informaciones y obtener por tanto, la permanencia y vigencia indispensable, para evitar sucumbir ante la ola abrumadora online, que no tiene miramientos para arrasar con todo aquel que no se adapta o mueve en su velocidad y sentido.