Una de las mayores ventajas que nos ofrece el entorno de digital, es la oportunidad de medir prácticamente todo, ya que el rastro es evidente en cada una de las acciones que se realizan, para lograr conquistar o alcanzar un objetivo, desde el momento en que inicias con la implementación de una estrategia enseguida tienes la oportunidad de ir evaluando el desempeño de las mismas y con eso, poder realizar importantes mejoras, ya que este seguimiento te da esa importante opción.
Sin embargo, tal y como he enumerado en otras tantas veces, las mediciones no se utilizan en el mejor de los ámbitos, puesto que simplemente se toman referencias, los datos sueltos, pues no hay una cultura de sincronización y especialización en el área, que permita que se conjuguen estas informaciones y se pueda extraer la sustancia principal, que muestre el camino que se está recorriendo, determinar si este es el correcto, ver las proyecciones en torno a lo que se está tratando de alcanzar y en base a esto, poder tomar decisiones de orientar mejor las acciones, para que se pueda conseguir el resultado esperado.
El hecho de que podamos tener la oportunidad de medir de manera detallada cada uno de los pasos en digital, es una ventana que es imprescindible aprovecharla, porque es lo que nos permitirá poder avanzar y alcanzar los objetivos con la mayor efectividad posible, corregir los errores a tiempo en caso de que los hubiere o seguir en la misma ruta, si las indicaciones son las correctas.
Medir como método para mejorar
Podemos ver con mayor frecuencia cada vez, una serie de herramientas que nos detallan el escenario en el que estamos y hacia donde nos dirigimos, sin embargo, nos detenemos en datos que nos permiten realizar o endulzar algunas aristas del negocio, y son relevantes en el sentido de que nos permiten mostrar las bondades y características que vamos logrando, pero hay otras que necesitan de mayor profundidad y son las que permitirán que se pueda conocer de forma más detallada el como obtener mejores resultados y actuar con mayor eficiencia y eficacia.
La medición no se trata exclusivamente de ver los números que nos arrojan las herramientas que utilizamos en el día a día, y que nos muestran un punto en el cual nos encontramos, eso es simplemente una parte de lo que debemos ver, ya que hay dentro de esos números y datos, informaciones más relevantes y que ofrecen una minuciosidad impresionante de lo que estamos obteniendo o dejando de lado.
Las decisiones que se toman en medio de una estrategia, deben ser sujetas a los datos proporcionados por esas herramientas que nos permiten medir, y poder determinar cuales son los pasos siguientes o si hay que retroceder para readecuar las acciones en otro sentido, tal y como hay ejemplos de sobra, donde negocios se han decantado por una estrategia, debido a que su enfoque solo fue en la meta, pero no obtemperaron a las señales evidentes emitidas por las herramientas de medición, con claros señalamientos de que el trayecto no era el correcto y que se estaban obviando las acciones correspondientes y en un tiempo corto, han tenido que suspender para volver a rehacer todo.
El costo de medir sin mejorar
Aunque algunos no pueden apreciarlo, el costo de medir sin tomar decisiones basadas en los datos que son proporcionados por una herramienta y que no se tiene claridad suficiente sobre los mismos, es tan elevado que en ocasiones puede dar al traste con todo un negocio en un tiempo considerablemente corto, puesto que en digital no se cuenta con el espacio suficiente que te permita deshacer los pasos y volver a iniciar un trayecto, pues existe un gran número de competidores, a todos los niveles, que están a la espera de esos fallos o de miradas indiferentes, para ir con todo y aprovechar de manera coherente para convertir de manera efectiva a su favor.