He podido ir viendo la evolución del marketing online a través del tiempo, desde el 1998 en donde todo era rústico, casi una copia fiel de lo que se venía ejecutando en los medios tradicionales, hasta lograr el nivel de personalización que podemos tener ahora y que de manera incrédula puedo ver como diferentes negocios que pudieran obtener mucho provecho de este nivel de personalización que se puede realizar en estos tiempos, no lo hacen, despreciando las herramientas y las pocas oportunidades que se permiten.
Cada persona es única, pero puede tener puntos de afinidades con otras, sin embargo, se hace importante no perder de vista que a cada cliente o persona se debe tratar de forma individual, si quieres obtener el 100% del provecho y lograr fidelizarlo de una manera en que pueda ser casi imposible perderlo en algún momento.
Con el grado de personalización que se puede tener ahora en el marketing online, podemos diseñar e implementar una estrategia en la cual a cada uno o dividido por grupos, ubicando a cada uno en esos que mayor afinidad tengan, de manera que el mensaje o mensajes a enviar, puedan lograr el impacto que se espera, lograr esa reacción o ese reconocimiento tan indispensable, tener ese acercamiento a pesar de las herramientas utilizadas, es lo que permitirá tener mayor o menor éxito, dependiendo el nivel que utilices.
El poco uso de la personalización en los negocios
Siempre que acude a un determinado negocio, por ejemplo, restaurantes, centros de servicios u otros, espero que la persona que me atiende se preocupe por saber cuales son mis gustos, cual es mi intención real de estar en ese negocio, que me impulsó o motivó a llegar hasta allí, sin embargo, nunca he visto esto, a no ser en uno que otro sitio.
Pero no es solo tratar de conocer el cliente, sino más bien poder entenderlo, tomar su nombre, correo, teléfono, recordar u obtener fechas importantes de ese cliente que por una razón u otra te está visitando, eso hará que logres un mayor acercamiento y que el contacto con el mismo sea mucho más ameno y este se llegue a sentir como parte del mismo.
Sin embargo, no existe ese interés, simplemente vas a un restaurante y te preguntan por lo que quieres, te sirven, al final te preguntan por cortesía si fue de tu agrado, pero se detiene ahí, a tal punto que luego vuelves a ese restaurante, a ese banco o a ese centro de servicios y las mismas personas que te atendieron en la ocasión anterior, te tratan como una persona que están viendo por primera vez, con lo que se pierde mucho ese acercamiento y esa fidelidad que se pudiera lograr entre cliente y empresa.